Pequeña reflexión.
No podemos cambiar los pensamientos negativos por otros de positivos, así tal cual, como aquel que cambia de vestido. Esto provoca una actitud evitativa frente al malestar o el dolor, provocando un empeoramiento a la larga. Dicho vulgarmente, es pan para hoy hambre para mañana. Lo único que podemos hacer es afrontarlos, sentir el malestar que nos provocan, permitirlos y TRASCENDERLOS. Los pensamiento negativos no se evitan, se afrontan.