«Rompiendo la crisálida que la ayudó a transformarse, aturdida, la mariposa despierta a una nueva vida acompañada de su nuevo ser»
Entre el frío invierno y la explosiva primavera podemos hablar de una estación intermedia, por su naturaleza, una de las más complicadas.
Imagina que duermes plácidamente y alguien te tira un vaso de agua. Despertarás de forma abrupta, inesperada. Eso te provocará cierto aturdimiento y sensación de desubicación. Necesitarás unos segundos o minutos hasta que recuperes la plena conciencia y puedas reaccionar. La época del año que estamos viviendo ahora se parece mucho a ese estado.
Me encanta que mi amiga Alma me encargue artículos y me explique aquello que según la tradición yogui o la medicina tradicional china está sucediendo en esa época del año. Entonces, sólo tengo que mirar dentro de mi y descubrir como, de golpe, todo tiene sentido y puedo ponerle nombre a eso que me sucede.
Es posible que haga unos días que te sientas más aturdido de lo normal, que las cosas son más complejas de lo que lo han sido en otro momento y que sientas que vas andando cuesta arriba. No te preocupes, en esta época del año es normal.
Tu cuerpo, que ha estado congelado durante el invierno, se está despertando, los rayos de sol empiezan a descongelar aquellas zonas que se quedaron rígidas. Pero el proceso de descongelación no es lineal, algunas partes despiertan antes que otras, y hay momentos en que te sentirás lleno de energía y otras en que estarás sin ganas de nada. Tu cuerpo está mutando, está abandonando la energía del invierno para abrazar la energía de la primavera, y en esta transición, ambas se notan y sientes la dualidad en ti: momentos de gran carga energética propios de la estación que viene y momentos de gran necesidad de intimidad e introyección propios de la estación que abandonamos. No te asustes, permite ambos espacios, permite que todo suceda como lo está haciendo.
¿Y que pasa con nuestra mente en estos momentos? La mente está completamente aturdida y eso la lleva al estado obsesivo. Una mente que funciona es una mente que fluye, que no se enreda, que permite cada uno de los estados y situaciones. Una mente que funciona es una mente creativa. En cambio, una mente aturdida y enredada es una mente obsesiva y ansiosa.
¿Cómo puedo adaptarme a este cambio interestacional?
- A nivel corporal respetarte. Respeta sus necesidades de descanso y de actividad y trata de darte ambos alimentos. En esos momentos en que tengas necesidad de recluirte e intimar contigo hazlo, y si en un rato necesitas salir a hacer deporte o quedar con gente permítelo también. Deja que tu cuerpo se vaya descongelando a su ritmo.
- A nivel emocional es posible que sientas cierta inestabilidad. Es una época en que la sensación de aturdimiento incluye el estado emocional. El sentimiento tiene que ver con «¿cómo?, ¿qué ha pasado?, ¿es a mi?» Es un estado de sorpresa, pero no una sorpresa agradable ni desagradable, sino una sorpresa desconcertante, cómo la que tienes cuando despiertas de repente.
- A nivel mental esta es una época difícil para la mente, por eso todos los que nos manejamos principalmente con ella nos sentimos densos y tenemos mayor dificultad. Vigila con los pensamientos obsesivos, recuerda que pueden llevarte a estados de gran ansiedad. Si ves que te estás enredando con algún tema déjalo estar y cambia de actividad. No es momento de materializar, es sólo momento de despertar. No te preocupes si no concretas, ya lo harás más adelante. Vienes de un gran periodo de reflexión y estás abandonándolo. La reflexión e intimidad individual del invierno empieza a no ser útil. Es un buen momento para experimentar y descubrir las polaridades de la vida.
- Disfruta de los cambios de ánimo. Permítetelos y aprende a sacar lo mejor de cada uno de ellos. Igual que vas a un parque de atracciones y subes a la montaña rusa, da espacio a ser tu la propia montaña rusa. Vive desde la variedad de esta época del año y aprovecha los momentos de intimidad y el despertar a la socialización. Recuerda que el sufrimiento no está en la inestabilidad, sino en negarla.
- Asimila. Después del periodo de reflexión e interiorización del invierno debes permitir que tu cuerpo asimile todo lo vivido para poder despertar a una nueva primavera. Es momento de exteriorizar la aceptación vivida durante la estación pasada, con las resistencias que produce aquello que aun no hayas asimilado.
En resumen, en esta época ves con cuidado con el aturdimiento que se puede manifestar en tensiones musculares y obsesiones mentales y déjate acariciar por la inestabilidad de la vida, aprendiendo a disfrutarla en todos sus polos.