Quiero abrazarte… y no puedo

Tan cerquita estuvieron que

creyeron ser la misma persona.

#nanorrelato

«Me gustaría abrazar a mi madre pero no soy capaz, cada vez que lo intento me quedo bloqueada». Esta es una de las frases que más oigo en consulta. Personas que empiezan a trabajar y al soltar armadura se plantean acercarse más profundamente a quién quieren. Y, ¿qué hay más profundo que un abrazo?

Es posible que en algún momento hayas podido pronunciar la frase con la que inicio este artículo, y es que, abrazar es algo muy especial.

¿Qué significa abrazar?

Abrazar es envolver al otro físicamente con tus brazos, es conectar tu corazón con el suyo y sentir a la otra persona con todo tu cuerpo. Abrazar es intimar, cerrar el encuentro y exponer toda tu vulnerabilidad al mismo tiempo que te abres a aceptar al otro tal y como es. Abrazar es todo esto, y además, dejarte envolver por el otro, dejar que su corazón se conecte con el tuyo y que la otra persona te sienta plenamente. Es permitir la intimidad y el encuentro. Es dejar que el otro acepte incluso aquello que ni tú mismo aceptas de ti.

No hay mayor acto de igualdad que este. No hay mayor acto de intimidad ni proximidad. Pero no sólo las personas abrazamos, también lo hacen los primates, y cuanto mayor es el vínculo, más prolongado el rato que permanecen cuerpo con cuerpo.

En el abrazo te estoy diciendo: «Aquí estoy para ti, con mi verdad, mi herida y mi corazón expuesto a ti» y el otro te devuelve con exactamente lo mismo: «Yo también estoy aquí para ti, con mi verdad, mi herida y mi corazón expuesto a ti».

Una explosión de hormonas

Un abrazo produce una explosión en el hipotálamo de oxitocina, ya sabes que es una de mis hormonas favoritas, es la encargada del vínculo. Esta nos ayudará a sentir compasión y protección con la otra persona y, además, inhibirá la producción de dos hormonas relacionadas con la angustia y el estrés: el cortisol y la adrenalina. Además, esto provocará segregación de serotonina y dopamina, inyectando un caudal importante de alegría.

De modo que los efectos químicos del abrazo están relacionados con el bienestar y la calma, así como una reducción de la angustia y un acercamiento al otro.

Eso sí, el abrazo tiene que durar lo suficiente para empezar a segregar oxitocina. Algunos estudios hablan de que nuestros abrazos suelen durar unos 3 segundos, pero para poder empezar a segregar esta hormona mágica necesitamos mantenerlo durante 20 segundos.

Dificultades en el abrazo

Las dificultades para dar o recibir abrazos están íntimamente relacionadas con su significado. Aceptar tu vulnerabilidad frente al otro y que el otro la acepte frente a ti es algo que requiere mucha intimidad. A veces sentimos enfados y cierto resquemor con personas que queremos. No pasa nada, es lícito, tenemos derecho a sentir ese enfado y al mismo tiempo amar a la otra persona. Los seres humanos somos coherentemente contradictorios. Hemos creído que no podemos sentir cosas opuestas hacia alguien, cuando es algo absolutamente habitual.

La intimidad es un espacio de silencio entre dos personas, es un encuentro que va más allá de las palabras, es algo que tiene que ver con tu alma conectando con la de otra persona. La intimidad asusta, pronto escribiré un artículo sobre ella.

El problema aparece cuando deseas y no eres capaz. Hay algo interno que se acercaría a abrazar y otro algo interno que lo bloquea. ¿Y si me rechaza? ¿Y si no me siento cómodo? Yo te animo a que te dejes sentir esa sensación de bloqueo y sosteniéndola te acerques a la otra persona. ¿Tu rechazarías un abrazo? Muy poca gente lo haría, ni que sea por cortesía, lo más probable es que lo permiten. Pero lo mejor, para no intimidar, es pedir permiso. Si te dice que no quiere, no lo tomes personal, tiene más que ver con él o ella y su encuentro con la vulnerabilidad que contigo.

Para poder abrazar:

1) Busca abrazar a quién sientes que te es más fácil.

2) Siente el abrazo, no es un acto de cortesía sino de intimidad, prueba de dejarte sentir el latido del otro, descubre toda la vida que hay en el otro ser.

3) Cuando hayas practicado con personas con las que te resulta más fácil sube un nivel, busca aquel ser querido con quién te gustaría practicar pero te cuesta. Pídelo antes de hacerlo, y déjate sentir la dificultad, son sólo unos segundos.

4) Abraza y estate en el momento presente mientras lo haces.

A veces resulta más fácil abrazar a personas menos importantes en tu vida que a aquellos verdaderamente significativos. Frente a esas personas te has puesto corazas y protecciones que el abrazo te obligará a quitar. ¿Te atreves a descubrir que puede suceder?

Beneficios de los abrazos

Cómo te he explicado, en los abrazos vas a encontrar calma y tranquilidad. Es posible que te generen mayor compasión hacia otros seres humanos y podrás encontrar un espacio de aceptación y cercanía con el otro que difícilmente podrás experimentar de otro modo. Además:

– Mejora el estado de ánimo.

– Fortalece el vínculo.

– Reduce el estrés y la ansiedad.

– Relaja los músculos.

– Genera confianza, seguridad y aumenta la autoestima.

Entonces, ¿a qué esperas para practicar? Sólo podrás abrazar la vida si has aprendido a abrazar a los demás.

Isaac Palomares

Psicólogo sanitario (número de colegiado 24.677) y tengo una experiencia de 15 años dedicándome a la relación de ayuda. También estudié coaching y periodismo.

Escucha mi Podcast

También puedes escribirme:

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies