Hay personas con quien me siento grande. Después de quedar con ellas o tener una conversación me siento más cerca de mí, me quiero un poco más y siento que mis defectos no son tan terribles. En cambio, hay otras personas con quien me siento pequeño. Después de estar con ellas me siento más lejos de mí, me quiero un poco menos y siento que mis defectos son terribles.
Por mucho trabajo personal que lleve a mis espaldas, aunque me dedique a acompañar otras personas, a veces puedo ser débil en mis relaciones personales. Creo que en mayor o menor medida, a la mayoría nos pasa.
Yo lo noto y tengo claro que aquellas personas con las que me gusta relacionarme son las primeras. Me da igual si la otra persona es fantástica, lo que hace es una maravilla, o tiene muchos amigos. Yo no te elijo por ti, te elijo por como me siento contigo.
Y a su vez, eso me hace tener muy presente que quiero que tu te sientas así conmigo. Quiero que a mi lado te sientas GRANDE. Quiero que después de hablar conmigo te quieras más y mejor, quiero que te sientas validada y comprendida. Quiero que después de hablar conmigo no pienses lo guay que soy yo sino lo guay que eres tú. Y para mí esta es la gran diferencia.
Juan es un seductor y se encarga de dejar claro a la gente que le acompaña lo maravilloso que es. Esto genera pequeñez en el otro o la otra. Su pequeñez les lleva a juntarse más con Juan al que ven grande. Se sienten afortunadas porque Juan les eligió sin darse cuenta que solo buscaba público al servicio de su ego.
Ana es cariñosa y generosa con su gente. Con ella me siento escuchado y atendido. A veces me echa broncas, pero en el fondo de sus ojos veo la admiración que siente por mí. Al estar cerca de Ana me siento cerca de mí.
Allí está la diferencia, con Juan lo admiro a él, con Ana me admiro a mí. Con Juan siento que sin él no puedo, con Ana noto que soy capaz solo pero que su compañía me arropa.
Algún paciente me ha dicho que después de visitarse con su psicólogo se sentía peor, como si no estuviera haciendo nada bien. Algún amigo, después de iniciar una relación empezaba a quererse menos. Alguna amiga, me decía que al lado de su profesora de danza sentía que nunca conseguiría ser tan buena como ella.
Da igual si el trato es profesional o personal. Observa si en esa relación, con el tiempo, vas sintiéndote más pequeño o más grande.
¿Y a ti? ¿Cómo te gustaría que los demás se sintieran a tu lado?
Yo lo tengo claro, quiero que, conmigo, te sientas GRANDE.
Porque no tengo miedo que te vayas si te ves fuerte.
Porque quiero que seas feliz.
Porque nada me da más alegría que ver cómo se despierta tu propia alegría.
Por eso,
cuando estás a mi lado
me gusta escucharte,
me gusta atenderte,
me gusta validar tus sentimientos,
me gusta decir lo bonito que veo en ti,
me gusta respetarte,
me gusta dejar que te salves tu sola,
me gusta ver la fuerza que desprendes,
me gusta sentir el poder personal que reflejas,
me gusta ver toda tu luz,
me gusta verte grande.
Tu grandeza no amenaza la mía, porque cuanto más grande te sientes junto a mí, más grande me siento yo también.
Te abrazo,