
La verdad existe. Ya no tengo ninguna duda.
Durante mucho tiempo me revelé contra este concepto.
De pequeño asocié verdad con religión. La verdad existe y es la que te acercará a Dios. Un Dios que piensa como yo decido, y considera bien y mal lo que yo considero. La verdad es lo que yo te digo que es.
Al revelarme contra los dogmas religiosos, me revelé también con ese concepto de verdad impuesto desde fuera.
Cuando crecí la verdad se transformó y convirtió en lo que los eruditos consideraban que era verdad. Los que sabían, los que habían estudiado, los que marcaban las normas, los que yo había idealizado y había convertidos en mis Dioses/as particulares.
Durante un tiempo me adapté a este nuevo concepto, hasta que me di cuenta que tampoco me ayudaba a sentir cómodo. Aquí quedaban fuera aquellos que nadaban contra corriente, los que pensaban diferente, vivían diferente y lo más importante, sentían diferente.
Y apareció la Programación Neurolingüística en mi vida, estudiándola entendí[1] que la verdad no existía, que era una construcción social. La verdad externa es lo que decidimos que es verdad, ya que nada existe sin el que mira.
Me he sentido cómodo en esta afirmación en muchos momentos. Pero ya hace un tiempo que no. He experimentado lo que es sentir la verdad. Y si, existe.
Pero la verdad no viene de ese Dios, la verdad no es fruto de los que saben, ni tampoco algo inalcanzable. La verdad está en mi corazón, y en el tuyo. Está en la vulnerabilidad y en la fortaleza, en el dolor y en el gozo, en la tristeza y la alegría. Tiene que ver con el sentir y con lo interno. ¿Qué está bien para mí? Eso es mi verdad.
No se trata de un Dios interno como dicen las religiones, sino de la búsqueda introspectiva de Dios, cómo dice el misticismo. Aquello que tu eres, aquello que tú sientes.
¿Y si tu verdad quiere acabar con la mía?
Eso es imposible. Cuando alguien conecta con su verdad se convierte en inspiración para que los demás lo hagan.
Cuando yo quiero acabar con la tuya, estoy
en el prejuicio
en el miedo
en la mentira
en lo externo.
La verdad es
empática
comprensiva
amorosa
interna.
Por eso creo que la verdad existe, y por eso me encanta trabajar ayudando a los demás a que contacten con la suya propia.
Y por eso me gusta seguir aprendiendo para que mi propia verdad, mi propia voz, florezca.
Y la mayor ayuda que puedo darme para que mi verdad sea fuerte es ayudando a que la tuya también lo sea. Mi verdad conectará con la tuya.
Y como dijo Jesús, esta vez sí, la verdad te hará libre.
[1] La PNL no dice que la verdad no exista, sino que cada uno de nosotros vivimos en nuestra propia verdad, por eso matizó y hablo de lo que yo entendí y no de lo que explique la PNL.